El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, creará la Red de Centros de Interpretación del Patrimonio Natural de Cantabria con el fin de articular un único programa de interpretación en la región que cuente con un sistema homogéneo de gestión y de calendarios y horarios de apertura que permita reforzar el papel “referente” que desempeñan las instalaciones de información, sensibilización y educación ambiental de la Comunidad Autónoma.
Estará integrada por los seis centros de interpretación que están ubicados en el interior de espacios naturales protegidos o en sus inmediaciones: Monte Hijedo, Fontibre, Corconte y los de los parques naturales Saja-Besaya, Collados del Asón y Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, así como los dos centros que están vinculados directamente al uso de los recursos naturales: La Piedra en Seco y Los Caminos de La Harina en Pesquera.
Todos ellos son actualmente gestionados por el Gobierno, ya sea a través del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA) o del programa Naturea de la Red Cántabra de Desarrollo Rural, si bien hasta ahora se gestionaban mediante distintas fórmulas de gestión que ahora pasarán a ser gestionadas de forma unificada con el fin de lograr una integración de objetivos y actuaciones, “primando sinergias y evitando solapamientos e ineficiencias”.
Así lo ha anunciado hoy el consejero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, durante la reunión del Consejo Rector del CIMA, en la que ha informado por videoconferencia a sus miembros de la gestión realizada por su departamento en esta legislatura de los centros de interpretación de Cantabria y otras actuaciones y medidas llevadas a cabo por el CIMA para “reorientar y optimizar” su trabajo en aras de contar en la región con una herramienta “útil y eficaz” hasta el punto de convertirse en “un organismo indispensable para la mejora del medio ambiente que promueva la sostenibilidad del presente y el futuro de Cantabria”.
El consejero ha centrado su intervención en la decisión de su departamento de unificar todos los centros de interpretación bajo una misma red de gestión que permitirá contar con centros neurálgicos que también gestionarán “de forma más intensa y coordinada que hasta ahora” las actividades de voluntariado y educación ambiental que se desarrollan en Cantabria.
“Además de unificar competencias en ámbitos tan evidentemente asociados como la biodiversidad y el medio ambiente, Cantabria tendrá por primera vez una red de centros de interpretación única y coherente que mejorará todas las iniciativas que pongamos en marcha en la región de promoción del conocimiento y la sensibilización sobre los valores naturales de nuestro territorio y la relación ancestral del hombre con la naturaleza y sus recursos, pero también una red abierta a la colaboración con otras entidades públicas y privadas que quieran sumarse a ese objetivo común”, ha subrayado Blanco.
Tal y como ha explicado, con este nuevo modelo la atención al público y las labores ordinarias de mantenimiento de los centros dependientes de la Consejería se gestionarán con un único contrato de servicios, cuya licitación pública se realizará en las próximas semanas.
Blanco también se ha referido al refuerzo de la apuesta del Gobierno de Cantabria por la labor “esencial” del CIMA a la hora de llevar a cabo el seguimiento y control de la calidad ambiental de Cantabria, y su aportación en materia de prevención y control de la contaminación, autorizaciones ambientales y gestión de la biodiversidad.
“Entendemos que con este paso el CIMA se consolida y se afianza en aquellas competencias y funciones que justificaron su creación”, ha remarcado Blanco.
En este sentido, ha recordado que una de las tareas fundamentales del CIMA durante los próximos meses será la de poner en marcha los nuevos protocolos de actuación necesarios para que Cantabria se adapte al nuevo Plan Marco de Acción en episodios de contaminación del aire.
Además, el organismo autónomo dependiente de la Consejería de Medio Ambiente verá reforzada su integración “aún más” en las actuaciones en materia de desarrollo rural, patrimonio natural, biodiversidad y medio ambiente, especialmente en el impulso de la economía circular, la bioeconomía, la lucha contra el cambio climático y el despoblamiento.
De esta manera, prestará atención específica a campañas en materia de prevención de incendios forestales; lucha contra las especies exóticas invasoras; divulgación de la importancia del sector primario en la lucha contra el despoblamiento; la lucha contra el cambio climático en los ámbitos educativos y domésticos; la bioeconomía; el reciclaje, y el consumo de proximidad, en coordinación con las diferentes direcciones generales de la Consejería y la empresa pública MARE.
Por otro lado, ha explicado que las actividades del CIMA en materia de información ambiental se alinearán con los objetivos prioritarios de la Consejería a través del Programa de Voluntariado y Educación Ambiental (PROVOCA), las actividades del Centro de Documentación y Recursos para la Educación Ambiental (CEDREAC) y de la Red Local de Sostenibilidad, entre otros.
También apoyarán, ha continuado, al nuevo Consejo Asesor de Cambio Climático y Medio Ambiente, que supondrá la refundación del anterior Consejo Asesor de Medio Ambiente con un mayor componente técnico.
Balance positivo del CIMA
El consejero ha aprovechado la reunión del Consejo Rector del CIMA para hacer un balance positivo de la gestión de este organismo autónomo durante la presente legislatura y ha destacado los avances que se han logrado en mejorar la coordinación del CIMA con la propia Consejería y la empresa pública MARE, “eliminando duplicidades y optimizando recursos para una gestión más eficaz y transparente”.
También ha puesto en valor la optimización de los trabajos del Laboratorio de Calidad del CIMA y de la Red de Control y Vigilancia de la Calidad del Aire de Cantabria, “prestando asistencia técnica a distintas entidades públicas, superando las auditorías de los sistemas de gestión de la calidad, mejorando los equipamientos y las instalaciones y actualizando la información de utilidad pública en tiempo real”.
También se ha referido a los diversos convenios de colaboración que el CIMA ha firmado con diferentes entidades sociales de la región para promover la investigación medioambiental, tales como la Asociación Ría, para el desarrollo de trabajos de investigación científica de la eficacia de sistemas de fitodepuración de aguas residuales de acuicultura en la ría de Tina Menor; la Asociación Cambera, para el desarrollo y ejecución del proyecto nacional ‘Red4C: ciencia ciudadana y cambio climático’, así como al convenio suscrito con la Universidad de Cantabria, MARE y el Ayuntamiento de Valderredible, para llevar a cabo las actividades científicas, observacionales, didácticas y divulgativas del Observatorio Astronómico de Cantabria.
Además, el consejero ha dado cuenta de la revitalización que se ha llevado a cabo esta legislatura de órganos de participación pública, como el Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMAC) y la Red Local de Sostenibilidad de Cantabria (RLSC); la participación activa en proyectos europeos novedosos, como el LIFE 3E, que coordina la empresa pública MARE para desarrollar un sistema pionero en la reutilización y recuperación energética de las aguas residuales urbanas en Comillas, o el Interrreg BIOMIC, además de la consolidación de programas de voluntariado y educación ambiental, como el PROVOCA, que ha recuperado su actividad tras las restricciones de la pandemia, y el CEDREAC, que ha incrementado notablemente los recursos que ofrece al público.
En la reunión han participado, entre otros, el secretario general de la Consejería, Francisco José Gutiérrez; el director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático, Antonio Lucio, y el director del CIMA, Agustín Ibáñez.