Arboretum
El Ayuntamiento de Pesquera fue pionero durante el año 1999 en la construcción de un área recreativa con funciones de ecomuseo forestal.
La idea surge años antes, en el marco de una vocación municipal muy decidida, a pesar de los escasos recursos con que cuenta, a convertir las debilidades en fortalezas y en la medida de lo posible aumentar el patrimonio municipal.
Esta área se sitúa entre el puente Elías y el arroyo Rumardero, en una zona recuperada sobre lo que fue un vertedero incontrolado. El sellado del vertedero y la concienciación popular para dotar a este espacio de entrada al pueblo de un uso racional, fueron los primeros pasos.
La construcción de un punto limpio, junto a la carretera comarcal que une Pesquera con Rioseco, en La Cascajera, puso fin a una limitación que venía arrastrando el municipio, y la potenciación de la recogida selectiva de residuos hizo el resto.
Los terrenos eran propiedad de RENFE desde mediados del siglo XIX cuando se construyó la red de ferrocarril que unía Alar del Rey con Santander. Se trataba apenas de un cuarto de hectárea que la sección de patrimonio de la entidad ferroviaria accedió a vender por un precio simbólico, escasamente 52.000 pts.
Además se adquirió una parcela adjunta, de propiedad particular y unos 2.000 m² de superficie, en el margen izquierda del Rumardero, a efectos de disponer de espacio suficiente para instalar el arboretum y dar cabida también a un área de interpretación de la Calzada Romana.
El proyecto del parque, concebido no sólo como elemento de ocio, sino con una intención didáctica, para divulgar entre los visitantes los valores de la naturaleza regional, fue impulsado por la Consejería de Ganadería y dotado con una partida presupuestaria de trece millones de pesetas.
El ecomuseo forestal se extiende en la otra margen del río sobre una parcela de 5000 m² a la que se accede a través de una pasarela de madera desde el área de interpretación de la calzada romana.
Hay plantados un total de 22 especies de árboles y arbustos autóctonos de Cantabria, con dos ejemplares por especie. El acondicionamiento del terreno se ha hecho mediante caminos empedrados, paneles informativos sobre las distintas especies representadas.
Presidido por un panel donde se localiza y describe todas las especies.
Es visitado a menudo por escolares de la región que aprovechan su situación en el inicio de la calzada para informarse de las características de cada especie.
El Ayuntamiento se ocupa del mantenimiento, de su difusión y de su divulgación se sus valores. En este sentido cabe destacar, por su originalidad y buen gusto, la edición de un compendio de sobres y papeles de carta en que se representa cada especie mediante un dibujo.
Esta iniciativa contó con la colaboración de la Dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza.
ÁREA DE INTERPRETACIÓN DE LA CALZADA ROMANA
En unos terrenos usados como vertedero y adquiridos por el Ayuntamiento en el año 1997 se plantea el arboretum y esta área de interpretación de la calzada romana donde una secuencia de paneles explican la situación, trazado, construcción y contexto histórico de la calzada. Espacio temático con paneles informativos
El área de interpretación de la calzada se construyó mediante convenio INEM-Corporaciones Locales con mano de obra de la Escuela Taller de Reinosa especializada en cantería, ajardinamiento y forja. Durante al año 98 se llevan a cabo las obras que culminan con la creación de un pequeño aparcamiento, una zona ajardinada y un paseo enlosado junto al que se instalan siete paneles informativos sobre la historia y características de la calzada.
Consta de 7 paneles explicativos protegidos con estructura de madera repartidos a lo largo de una media luna empedrada.
En los paneles se tratan distintos aspectos de este importante vial, desde las características de su trazado, a la calidad del entorno natural por el que pasa o su importancia en las comunicaciones de Cantabria a lo largo de los siglos hasta los años de su decadencia, allá en la mitad del S. XVIII, cuando se construyera el Camino de Reinosa por las hoces del Besaya.